5 curiosidades de Santander que no conocías y que merece la pena saber

En este post te descubrimos 5 curiosidades de Santander. Una ciudad llena de historia, cultura y secretos, que pasan desapercibidos para muchos. Más allá de sus playas y paisajes, esta capital cántabra guarda detalles únicos que nos conectan con su esencia y su pasado. Desde monumentos que parecen tener vida propia, hasta historias de supervivencia y renovación, Santander es mucho más que un destino turístico.

En este recorrido te invitamos a descubrir cinco curiosidades fascinantes sobre la ciudad. Cada una de ellas revela algo especial sobre su identidad y sus habitantes ¿Estás listo para conocer más a fondo Santander? Acompáñanos en este viaje por sus rincones y anécdotas más singulares.

 

  1. El Monumento a Pereda: La Montaña hecha escultura

En pleno corazón de Santander, en los Jardines de Pereda, se alza un monumento singular en honor a José María de Pereda, uno de los escritores realistas más importantes del siglo XIX. Este monumento no es simplemente una estatua; está diseñado como una montaña, un homenaje visual a la tierra cántabra, que Pereda tanto amaba y describía en sus obras. Su obra refleja la esencia de Cantabria, también conocida como «La Montaña», y de ahí que los habitantes de la región sean conocidos cariñosamente como “montañeses”.

Este tributo simboliza la conexión profunda entre Pereda y el paisaje cántabro, que fue inspiración constante en su narrativa. Cada rincón del monumento es un recordatorio de la fuerza y la belleza de Cantabria, representando en piedra la esencia de esta región que Pereda ayudó a inmortalizar en la literatura.

 

  1. El Monumento de Pedro Velarde: «El Saltarín» de las Plazas

El monumento a Pedro Velarde, célebre héroe santanderino de la Guerra de la Independencia, es conocido entre los habitantes de Santander como «El Saltarín». ¿La razón? Esta estatua parece tener vida propia, ya que ha cambiado de ubicación varias veces, «saltando» de plaza en plaza, cada vez que la ciudad se renueva.

Inicialmente, «El Saltarín» se encontraba en la Plaza de las Farolas, luego se trasladó frente a Correos y, más tarde, ocupó un lugar central en la Plaza Porticada. Actualmente, podemos encontrarlo en la entrada de esta misma plaza, frente al edificio de Hacienda. Este ir y venir le ha otorgado un carácter único y casi aventurero, como si quisiera recorrer cada rincón de Santander.

 

  1. El edificio del Banco Santander: Un arco para la Historia

El emblemático edificio del Banco Santander, uno de los símbolos arquitectónicos de la ciudad, tiene una historia fascinante y poco conocida. Originalmente, la parte derecha del edificio era un hotel del siglo XIX, que el banco adquirió como sede. Con el tiempo, en el siglo XX, Banco Santander compró también el solar a la izquierda del hotel y decidió construir una réplica exacta de la estructura original.

 

Sin embargo, el Ayuntamiento no permitió que el banco cerrara la calle al tráfico, por lo que la solución fue ingeniosa: construir un imponente arco que uniera ambos edificios, respetando así el paso de la vía pública. Este arco, que hoy en día es una de las imágenes más reconocibles de Santander, no solo conecta dos estructuras gemelas, sino que también simboliza la adaptación y el crecimiento de la ciudad a lo largo de los años.

 

  1. Puertochico y el Centro Cultural Madrazo: Historia entre peces y vieiras

Puertochico, hoy uno de los lugares más encantadores de Santander, fue en su día el puerto pesquero de la ciudad. Este barrio conserva en su esencia la vida marinera y el bullicio de los pescadores, que solían llegar con sus capturas frescas. El actual centro cultural Madrazo, que alberga exposiciones y actividades culturales, solía ser el mercado de pescado, donde se vendían esos productos del mar.

Aún hoy, el edificio conserva detalles de aquella época. Basta con observar los arcos del edificio para encontrar decoraciones de peces y vieiras, un guiño a su pasado como mercado de pescado y un recuerdo vivo del alma marinera de Puertochico y su gente.

 

  1. El Incendio de Santander: La destrucción necesaria para salvar la ciudad

Uno de los episodios más trágicos y memorables de la historia de Santander fue el gran incendio que devastó la ciudad en 1941. Este incendio, avivado por un viento imparable, se extendió durante tres días sin dar tregua, arrasando con numerosas calles y edificios. Ante la imposibilidad de contener el fuego con medios convencionales, se tomó una medida drástica: dinamitar calles en perfecto estado, para crear un cortafuegos que ayudara a frenar su avance.

La situación era tan crítica que las comunicaciones terrestres se cortaron y la única forma de pedir ayuda fue a través de las radios de los barcos anclados en el puerto. Esta devastadora catástrofe dejó una profunda huella en Santander, pero también mostró la valentía y el ingenio de sus habitantes, quienes hicieron sacrificios necesarios para salvar lo que quedaba de su ciudad

 

Descubre la Historia viva de Santander

Santander es mucho más que una ciudad costera; es un lugar donde cada rincón cuenta una historia llena de carácter y tradición. Desde monumentos que cambian de lugar, hasta edificios que conectan épocas y desastres que transformaron la ciudad, cada una de estas curiosidades nos muestra un pedazo del alma santanderina. Explorar Santander es adentrarse en su historia, en sus peculiaridades y en los secretos que hacen de esta ciudad un lugar único.

Así que, la próxima vez que pasees por sus calles, mira más allá de lo que ves a simple vista… ¡quién sabe cuántas historias aún están esperando ser descubiertas!