Lugares casi secretos: cuatro rincones para visitar en Santander, que merecen la pena

Santander, la elegante capital de Cantabria, es conocida por su impresionante bahía, sus playas y su icónico Palacio de la Magdalena, entre otros muchos encantos. Sin embargo, más allá de sus lugares más famosos, la ciudad esconde rincones menos conocidos, que atesoran historias fascinantes y vistas que quitan el aliento. ¡Te recomendamos conocerlos!

Aléjate del turismo masivo para explorar esos lugares “secretos” que solo los locales conocen; sitios que esconden la esencia de la ciudad y donde cada esquina tiene una anécdota que contar.

El mirador de Río de la Pila: La panorámica escondida

Subiendo por la empinada calle del Río de la Pila, llegamos a uno de los miradores más sorprendentes de Santander, desconocido para la mayoría de los turistas. Aunque el funicular que lleva hasta el mirador es gratuito, pocos visitantes saben de su existencia. Desde lo alto, se puede disfrutar de unas vistas espectaculares de la bahía, el puerto y los tejados de la ciudad, todo enmarcado por las montañas al fondo.

Este mirador es el lugar perfecto para una pausa y disfrutar de una perspectiva única de Santander. Además, en esta zona, hay numerosos locales donde podemos degustar unas rabas, acompañadas de un vermut casero, un ritual santanderino al que se puede faltar.

Para llegar al funicular, tienes que desplazarte a la calle del Río de la Pila y subir algunos tramos. El funicular recorre 78 metros de forma vertical y realiza cuatro paradas: Río de la Pila, calle San Sebastián, Prado de San Roque y Paseo de General Dávila.

La Plaza de Cañadío al atardecer

La Plaza de Cañadío es conocida, sobre todo, por su ambiente nocturno, pero guarda también secretos durante el día. Sus edificios históricos han sido testigos de la evolución de Santander desde el siglo XVIII, época en la que este espacio era una marisma con cañas silvestres; de ahí su nombre: Cañadío. Muchos ciudadanos se acercaban a cazar aves, puesto que anidaban en el humedal, en gran cantidad. La zona comenzó a ser edificable a partir del S.XIX, cuando se rellenó para hacer los ensanches de la ciudad.

Hoy en día, la plaza alberga bares de tapas, pubs y cafés con terrazas donde los locales se reúnen a cualquier hora del día. Al caer el sol, Cañadío se transforma en uno de los epicentros del ocio santanderino.

Los jardines de San Roque y su privilegiada situación, muy cerca del mar

Los jardines de San Roque se encuentran en El Sardinero, junto a la Iglesia de San Roque. Es una zona poco transitada por los turistas, por lo que puede ser un agradable paseo o un momento de descanso bajo sus frondosos árboles.

Aquí se encuentra situado el Auditorio del Sardinero, un escenario con forma de concha, en el que durante muchos años se celebraban numerosas actuaciones nocturnas y gratuitas en verano, para delicia tanto de los locales, como de los visitantes.

El refugio antiaéreo de la Guerra Civil: Un relato de Santander, bajo tierra

Si paseas por el centro, puedes visitar el refugio antiaéreo de Santander, una joya histórica escondida en la Plaza del Príncipe. Este refugio de Mariana Pineda, fue construido para proteger a 70 personas y durante la Guerra Civil española y es uno de los 114 que se construyeron por toda la ciudad.

Al finalizar la guerra, esta construcción quedó abandonada y se fue deteriorando. Actualmente es visitable y permite conocer los efectos de los bombardeos y la forma de vida de los habitantes de Santander en esa época.

En conclusión, Santander es una ciudad llena de secretos y rincones encantadores, que están esperando a ser descubiertos: un complemento ideal a nuestras visitas guiadas por la ciudad, para que vivas la esencia de la capital cántabra con toda su intensidad.