¿Buscando planes para tu visita de invierno a Cantabria?
Cantabria es una región que brilla en cualquier época del año, pero el invierno le da un encanto especial. Los paisajes montañosos cubiertos de nieve, los pueblos llenos de historia y tradición y la cálida gastronomía que reconforta en los días fríos, convierten a esta zona del norte de España en un destino ideal para una escapada invernal.
Si estás buscando planes únicos para disfrutar de tu visita a Cantabria durante los meses más fríos, te proponemos cinco actividades que harán que tu viaje sea inolvidable.
Explora los encantos de Santander
Santander, la capital de Cantabria, es un destino que conserva su belleza en cualquier estación y el invierno le otorga una atmósfera especial. Pasear por su paseo marítimo con el abrigo de la brisa del Cantábrico es una experiencia refrescante y relajante. Puedes comenzar tu recorrido por la famosa Playa del Sardinero, donde el invierno trae consigo una calma y serenidad que no se encuentra en los meses más cálidos. Si el día lo permite, un paseo por la orilla del mar con los pies descalzos puede ser una experiencia única y relajante.
Otro imprescindible es la Península de la Magdalena, donde puedes disfrutar de impresionantes vistas al mar, visitar el Palacio de la Magdalena y sus jardines e, incluso, acercarte al pequeño zoo de la península, todo rodeado de un ambiente atlántico que añade un toque mágico.
Para terminar el día, no puedes dejar de visitar el Centro Botín, un espacio cultural que se integra perfectamente en la bahía de Santander. Después de explorar sus exposiciones, nada mejor que refugiarte en una de las cafeterías del centro de la ciudad para disfrutar de un buen café o chocolate caliente.
Disfruta de la naturaleza en el Parque Natural de los Picos de Europa
El invierno es una época mágica para explorar el Parque Natural de los Picos de Europa, uno de los entornos naturales más espectaculares de Cantabria. Cubiertas de nieve, sus majestuosas montañas ofrecen un paisaje único, perfecto para los amantes de la naturaleza y el senderismo. A pesar del frío, el parque tiene rutas accesibles y perfectamente señalizadas, que permiten disfrutar de la belleza del entorno de manera segura.
El teleférico de Fuente Dé es otra opción imprescindible. Desde lo alto, la vista panorámica de las montañas nevadas es simplemente impresionante, ofreciendo una perspectiva única de los Picos de Europa. Incluso en invierno, el teleférico funciona, permitiéndote experimentar la inmensidad del paisaje desde las alturas.
Para cerrar la jornada, no hay nada mejor que disfrutar de la hospitalidad de los pequeños pueblos cercanos, como Potes, donde podrás probar los deliciosos guisos de montaña, típicos de la región y calentarte junto a la chimenea, después de un día de aventura.
Sumérgete en la historia medieval de Santillana del Mar
Otro de los planes para tu visita de invierno a Cantabria más recomendado es visitar Santillana del Mar es como viajar en el tiempo. Este pintoresco pueblo, conocido como «la villa de las tres mentiras» (ni es santa, ni llana, ni tiene mar), conserva su esencia medieval intacta, con calles empedradas y edificios de piedra que cuentan historias de siglos pasados. En invierno, Santillana del Mar se envuelve en un ambiente aún más mágico, con menos turistas y una tranquilidad que te permite apreciar cada rincón con calma.
El paseo por su casco histórico es una experiencia imperdible. Comienza tu recorrido en la Colegiata de Santa Juliana, una joya románica del siglo XII que preside la plaza principal. Desde allí, adéntrate por sus estrechas calles llenas de casas solariegas y pequeñas tiendas artesanales que añaden encanto a cada esquina.
Además de su riqueza histórica, Santillana del Mar está cerca de la Cueva de Altamira, famosa por sus pinturas rupestres prehistóricas. Aunque las visitas a la cueva original son limitadas, el Museo de Altamira ofrece una reproducción fascinante de este tesoro artístico.
Relájate en las aguas termales de Liérganes
En pleno invierno, pocas cosas son tan placenteras como disfrutar de un baño en aguas termales y el Balneario de Liérganes es el lugar perfecto para ello. Este encantador pueblo, declarado conjunto histórico-artístico, es famoso por sus aguas termales ricas en propiedades minerales, que han atraído a visitantes desde el siglo XIX en busca de relajación y bienestar.
El balneario, rodeado por el hermoso paisaje montañoso de Cantabria, ofrece una experiencia única de descanso. Sumergirte en sus piscinas de agua caliente, mientras las temperaturas invernales caen en el exterior es una forma perfecta de combatir el frío y dejar atrás el estrés del día a día. Además, el balneario cuenta con una amplia variedad de tratamientos terapéuticos y de spa, que van desde circuitos de aguas hasta masajes y tratamientos faciales, todo diseñado para revitalizar cuerpo y mente.
Después de una jornada de relajación, te recomendamos dar un paseo por el pintoresco casco antiguo de Liérganes. No puedes dejar de ver el famoso Puente Mayor y la estatua del Hombre Pez, uno de los mitos más curiosos y conocidos de la región. Liérganes, con sus casas de piedra y tejados rojos, es un lugar encantador para explorar a pie y disfrutar de la tranquilidad que lo caracteriza.
Y que mejor broche de oro que tomar un chocolate bien caliente en alguno de sus establecimientos especializados en esta reconfortante bebida.
Saborea, la gastronomía cántabra con platos típicos de invierno
Uno mejores planes para tu visita de invierno a Cantabria es disfrutar de su rica gastronomía, especialmente diseñada para reconfortar durante los días más fríos. Los platos típicos de esta región destacan por su sencillez y autenticidad, utilizando productos locales de excelente calidad que llenan de sabor cada bocado.
Un imprescindible en cualquier mesa cántabra es el cocido montañés, un guiso contundente a base de alubias, berza y compango (chorizo, morcilla y tocino), que es perfecto para calentarte después de un día de explorar el paisaje cántabro. Este plato tradicional es un símbolo de la cocina de montaña y un reflejo del carácter rural de la región.
Otro plato estrella es la sopa de pescado, típica de las zonas costeras. Hecha con pescado fresco del Cantábrico y mariscos, esta sopa caliente es ideal para disfrutar en los pueblos pesqueros de la región, donde la brisa marina y la atmósfera invernal añaden un toque especial a la experiencia.
No puedes irte sin probar las rabas, uno de los aperitivos más populares, que consiste en calamares fritos, perfectos para acompañar una tarde en un bar tradicional de Santander o cualquier otro rincón de la región.
Para el postre, nada mejor que endulzarte con los famosos sobaos pasiegos o las quesadas, dos delicias tradicionales que representan lo mejor de la repostería cántabra. Estas especialidades, originarias de los Valles Pasiegos, son perfectas para cerrar una comida contundente con un toque dulce y esponjoso.
Disfrutar de la gastronomía cántabra en invierno es una experiencia inolvidable. Cada plato te invita a conectarte con las tradiciones locales y con los sabores auténticos que hacen de esta región un paraíso culinario.
Conclusión
Cantabria ofrece algo especial para quienes buscan una escapada invernal.
Si estás planeando una visita a Cantabria este invierno, no dudes en sumergirte en todo lo que esta hermosa región tiene para ofrecer. ¡Te esperan paisajes increíbles, historia viva y sabores inolvidables!